CONCIENCIA
(La verdad, contada a adolescentes, tema 4/16)
a) Conciencia
b) Tipos de conciencia
c) Fin de la acción
d) Objeto de la acción
e) Circunstancias de la acción
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a) Conciencia
La brújula es un pequeño instrumento muy útil. Su aguja orienta siempre hacia el norte, y con eso se sabe por donde ir en un camino. Dentro de nosotros tenemos algo semejante a una brújula, que nos indica lo que está bien y lo que está mal: es la conciencia.
La conciencia, por tanto, es el juez de nuestras propias acciones, la capacidad espiritual (invisible) que todos tenemos de saber, recordar o advertir, si algo lo hemos hecho bien o mal.
Para que esta capacidad nos oriente siempre bien y nos dé un juicio en buen estado, debe ser alimentada, cuidada y respetada por parte nuestra (la brújula puede envejecer, estropearse o romperse). Es la necesidad de educar la conciencia.
b) Tipos de conciencia
Las personas somos distintas unas a otras, y no hay dos personas iguales. Sin embargo, en las formas de razonar sí que se pueden establecer distintos grupos o maneras de pensar (el escrupuloso que sigue medicamentándose aunque ya esté sano, el desconfiado que cree que el médico lo va a envenenar…).
Hay 5 tipos de conciencia:
1ª Verdadera. Es la que juzga rectamente, y acierta con lo que ha sucedido.
2ª Errónea. Es la que toma lo malo por bueno, y se queda tal cual, equivocando y sin importarle a la persona.
3ª Culpable. Es la que no ha querido enterarse de la verdad, ya sea por descuido, negligencia o maldad.
4ª Inculpable. Es la que nunca ha oído la verdad, y sí que rectificaría en una siguiente oportunidad.
5ª Dudosa. Es la que no sabe a qué atenerse, no sabe cómo actuar.
En caso de conciencia dudosa, hay siempre que hacer “el mal menor” o “lo menos arriesgado”.
c) Objeto de la acción
Es la acción concreta que se realiza, y es independiente de todo lo demás, finalidad o circunstancias. Y es que una acción:
- o es buena en sí misma (trabajar bien, obedecer a los padres…),
- o es mala en sí misma (estafar al cliente, odiar a un hermano…).
El objeto de la acción responde al “qué” se ha hecho, y es lo más importante para que una acción sea buena o mala.
d) Fin de la acción
Es la intención que se propone la persona al actuar. No es lo más importante (lo más importante es qué se realiza), pues:
- el fin no justifica los medios,
- algo no depende de la intención con que se ha hecho.
El fin de la acción responde al “para qué” y “por qué” se ha hecho algo, y apunta al deseo y a la manera de conseguirlo.
e) Circunstancias de la acción
Son los elementos accidentales de la acción, e influyen sólo de modo secundario en la moralidad de los actos. Responden al:
- “quién” lo ha hecho (si es novato, reincidente…)
- “dónde” se ha hecho (en público, en privado…)
- “cómo” se ha hecho (conscientemente, alcoholizado…)
En algunas ocasiones el papel de las circunstancias si pueden llegar a modificar profundamente el relato de los hechos.